Más de cien años han pasado desde que Antonio
Sant'Elia y Filippo Tomasso Marinetti advirtieron de como la nube de la
modernidad se abalanzada sobre occidente. Se avecinaba un mundo que caminaría
al paso de las máquinas, la tecnología,
la velocidad y la inmediatez son conceptos tan bellos como imprescindibles
de su futuro.
Tratar de encontrar a herencia futurista en la actualidad no es difícil. La Ronda de Dalt es un gran ejemplo de sus predicciones de cómo fabricar la ciudad de su futuro, o mejor dicho la ciudad de nuestro presente, de la imperiosa necesidad en nuestra vida de la velocidad las máquinas y la belleza que ello contiene
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Ronda de Dalt, Barcelona 2015. |
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La ciudad futura, año 1913.
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La importancia de las
comunicaciones y la velocidad aparece igualmente en los edificios. Es el caso
del Hotel
Hesperia Tower, en Hospitalet de Llobregat, Se trata de una pieza clave
de la regeneración que el Ayuntamiento impulsa con el Plan Hospitalet
2010 situado frente a la gran vía que comunica el centro de Barcelona con el Aeropuerto.
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Hotel Hesperia Tower, Hospitalet Llobregat, (Barcelona).
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Supone un nuevo
modelo urbano, donde los autores Richard Rogers, Luis Alonso y Sergi Balaguer
muestran la estructura del edificio, los nucleos de comunicaciones verticales (escaleras y ascensores) y las instalaciones,
donde a su vez forman parte de la composición, transformándose en elementos casi
escultóricos que confieren singularidad y expresividad al edificio.
Por esto,
el futurismo hoy es un hecho. Es imposible
entender la contemporaneidad sin la tecnología, las máquinas, los flujos de
personas, la vida a gran velocidad y la energía en movimiento que hoy forman
parte de nuestro día a día, pero como dijo Lacan, “la realidad no nos espera”.
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